TEJIDO GLANDULAR
En las plantas es difícil discriminar entre excreción y secreción
puesto que los productos de ambos procesos suelen acumularse en los mismos
compartimentos vegetales o en la superficie exterior de la planta. En términos
generales se puede decir que la secreción es la acumulación de metabolitos
secundarios que no van a ser utilizados y de metabolitos primarios que van a
ser utilizados de nuevo por la célula. Las células secretoras proceden de la
diferenciación de otras células pertenecientes principalmente a la epidermis o
al tejido parenquimático y no constituyen verdaderos tejidos. Las estructuras
vegetales encargadas de la secreción tienen morfología muy diversa y
localización variada. Así, se pueden encontrar en zonas internas o externas de
las plantas, pueden estar constituidas por una única célula o ser
pluricelulares, y además pueden producir una multitud de productos diferentes.
Vamos a clasificar estas estructuras secretoras en función de si sus células se
encuentran en la superficie de la planta o en su interior.
Estructuras
de secreción externas
Existen multitud de estructuras secretoras en la superficie de la
planta que se pueden encontrar formando pelos unicelulares o pluricelulares en
la epidermis, o formando parte de la superficie epidérmica. Se originan a
partir de células epidérmicas por división y diferenciación. Algunas secretan
sustancias hidrofílicas, otras liberan sustancias lipofílicas y otras secretan
pequeñas cantidades de ambas. Las secreciones son abundantes en los pétalos,
donde son responsables de la fragancia de las flores, aunque también aparecen
en los tallos y en las hojas. Aunque estas células son especializadas, podría
considerarse que todas las células de la epidermis son secretoras puesto que
todas liberan sustancias que depositan en sus paredes o liberan al medio.
Los hidatodos son estructuras que descargan agua y algunas sustancias disueltas desde
el interior de las hojas hasta su superficie. A este proceso se denomina
gutaciónn y se produce por la presión hídrica que llega desde las raíz.
Los
hidatodos son modificaciones de la hoja, que se localizan próximos a los bordes
y a los extremos de la hoja. Estructuralmente están formados por a) traqueidas
terminales, b) epitema, formado por células parenquimáticas con pocos
cloroplastos y paredes delgadas, situadas al final de los terminales de las
venas, 3) una vaina o envuelta que se continúa con la epidermis (las células de
la envuelta pueden estar suberizadas, incluso tener bandas de Caspary), 4) una
abertura o poro acuoso (los poros acuáticos son pequeños estomas que han
perdido la capacidad de regular su apertura y cierre). Aunque ésta es la
organización general, puede haber modificaciones como la falta de envuelta, la
falta de epitema, incluso puede haber aberturas sin un estoma.
Aunque
normalmente los hidatodos se encuentran en el margen y puntas de las hojas, en
algunas especies aparecen también en la superficie y se denominan hidatodos
laminares. Los hidatodos se han asociado con la liberación de agua, pero en
muchas plantas serófitas se han especializado en captar agua de la condensación
de la niebla, es decir, el proceso contrario. Algunos autores han descrito los
denominados hidatodos activos que son aquellas estructuras liberadoras de agua
pero asociados con tricomas glandulares liberadores de agua. Estos liberarían
agua sin participación de la presión osmótica, por ello el nombre de activos en
contraposición con los demás que serían pasivos.
Los nectarios son estructuras
secretoras productoras de azúcares resultantes de las sustancias
aportadas por el floema. Se encuentran sobre todo en las flores, denominados
nectarios florales, pero también en las partes vegetativas o nectarios
extraflorales. Varían en su estructuras desde simples superficies glandulares.
Los osmóforos son estructuras
secretoras que producen el olor de las plantas mediante secreción de
aceites volátiles. Las glándulas de la
sal de las plantas halófitas secretan iones para regular el contenido en
sales de la planta.
Los tricomas son uno de los
componentes de la secreción externa de las plantas. Por ejemplo, el olor de las
flores se debe a la liberación de productos por parte de estas estructuras. Los
tricomas glandulares son normalmente multicelulares y tienen un tallo o
pedúnculo, aunque algunos son unicelulares. El tallo está formado por las
denominadas células sustentadoras, cuyas células más basales se anclan en la
epidermis, mientras que en el extremo distal del tricoma se encuentran las
células secretoras. Las células glandulares o secretoras tienen pared celular
primaria, que a veces está revestida de cutícula, sobre todo en su parte de
unión con las células de sostén, y un citoplasma rico en orgánulos como
mitocondrias, retículo endoplasmático y sacos de aparato de Golgi. Inicialmente
las sustancias precursoras llegan a la célula secretora a través de las células
de sostén, pero los productos de secreción, ya elaborados, no cruzan hacia las
células de sostén porque el engrosamiento posterior de la cutícula de la célula
secretora y las células barrera del propio tricoma impiden que el producto
vuelva a la planta. Los productos de secreción son variados, desde mucílago
hasta resinas. Su producto de secreción permanece en la cutícula de la epidermis
del tallo u hoja.
La liberación de la sustancias de secreción se puede hacer de
diversas maneras. Puede haber acumulación entre la pared y la cutícula, de
manera que cuando se roza el tricoma, la cutícula se desprende y las sustancias
se liberan. En otras ocasiones la propia cutícula tiene poros por los que las
sustancias se van liberando al exterior. Por último, algunos pelos secretores
retienen las sustancias de secreción en su interior y sólo los liberan cuando
la célula se rompe. Los tricomas glandulares se pueden clasificar según las
sustancia la sustancia que liberan o según su morfología, como los
pedunculados, con varias células, o con una sola célula. También pueden poseer
una o varias células secretoras.
Hay una gran variedad de tricomas glandulares en función de las
sustancias que secretan. Algunos producen y liberan ácidos orgánicos, otros
secretan sal, mucílago (polisacáridos), terpenos, una mezcla de terpenos y
mucílago, secretores de néctar, las plantas carnívoras tienen pelos glandulares
que secretan enzimas proteolíticas, etcétera.
En una misma planta nos podemos encontrar distintos tipos de
estructuras secretoras, incluso dentro de un mismo órgano. Por ejemplo, en las
hojas de las plantas carnívoras hay tricomas que atrapan al insecto, como los
tricomas secretores de néctar o de mucílagos, y tricomas que lo digieren
mediante la secreción enzimas proteolíticas. En este caso incluso un mismo
tricoma puede secretar distintos tipos de sustancias
Estructuras
de secreción interna
Las secreciones internas son productos que se almacenarán en el
interior de los tejidos de la planta, a veces durante toda la vida de ésta.
Las estructuras secretoras internas se encuentran alejadas de la epidermis y se
localizan principalmente en el parénquima cortical de tallos, hojas, raíces y
frutos.. Podemos distinguir tres tipos de estructuras secretoras:
Las células secretoras. Son células aisladas que se
diferencian de las células vecinas
por su morfología y pueden variar desde formas isodiamétricas hasta tubos más o
menos alargados. Sintetizan una amplia variedad de productos que almacenan en
su interior, como resinas, mucílagos, taninos e incluso sustancias
cristalizables. Muchas células secretoras contienen una mezcla de sustancias,
aunque en otras el contenido no ha sido todavía identificado. Son células muy
especializadas que a menudo se denominan idioblastos.
Conductos resiníferos.
Las cavidades y los
conductos secretores se diferencian de las células secretoras
en que su producto de secreción se acumula en los espacios intercelulares. Los
espacios cortos son cavidades y los largos son conductos. Estos espacios pueden
localizarse en cualquier parte la planta y se forman por dos tipos de procesos:
esquizógeno y lisígeno. Puede producirse por una
separación
de las células que resulta en un espacio central revestido por células
secretoras, denominados espacios esquizogénicos, como es el caso de los
conductos resiníferos. También se pueden formar por degradación de células que
previamente habían sintetizado los productos de secreción y éstos quedan en el
hueco que dejan las células muertas. Dichos espacios se denominan lisogénicos,
como es el caso de las cavidades lisogénicas del fruto de los cítricos. Algunos
autores reconocen un tercer modelo de desarrollo, la esquizolisogénica. La
formación de estas cavidades y conductos es inicialmente esquizógena
(separación de células), seguida de etapas lisogénicas cuando las células que
revisten el espacio sufren autolisis agrandando el espacio. Los conductos resiníferos
de las escamas de las yemas de Pinus
pinaster es un ejemplo de conductos que siguen el modelo esquizolisígeno.
Los laticíferos son células individuales o
formando grupos que acumulan un líquido
llamado látex. Cuando están formados por varias células se pueden organizar
formando tubos. Según su estructura se pueden clasificar en articulados y no
articulados, y se diferencian en que los primeros están formados por cadenas de
células y los no articulados es una única células de forma tubular . Se encuentran
en una gran cantidad de especies, desde herbáceas a leñosas. Cuando hablamos de
látex no podemos pensar en una sustancia homogénea en su composición sino que
existen muchas variedades de látex. Su variación puede ser tanto en color como
en composición (puede contener sustancias tales como carbohidratos, acidos
orgánicos, sales esteroles, grasas y mucílagos).
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