ANFIBIOS
Generalmente la superficie de la piel
es desnuda, no tiene anexos. Solo un grupo, las cecilias, tienen placas en la
superficie del cuerpo.
La piel es muy irrigada y presenta
muchas glándulas que pueden ser venenosas o mucosas. Las primeras son para la
defensa. Algunas ranas tienen venenos tan potentes que los indios en el
amazonas untan las puntas de flecha para envenenar a sus presas. Muchos tienen
colores vivos para advertir a los predadores de su peligrosidad. Las glándulas
mucosas sirven para mantener la superficie de la piel húmeda para que los
anfibios puedan respirar.
Los anfibios son animales vertebrados anamniotas
poiquilotermos, caracterizados en la mayoría de los casos por sufrir
metamorfosis, es decir, importantes cambios en su organismo; principalmente
desarrollan dos tipos de fases, una larvaria en la que su respiración es
branquial y otra pulmonar al llegar a la edad adulta. En su primer ciclo
vital permanecen en el agua y al llegar a la edad adulta suelen llevar una vida
semiterrestre. Si bien son los primeros animales que conquistaron la tierra,
nunca se han independizado por completo del medio acuático.
Entre sus características principales destacan su piel fina y húmeda, lisa o rugosa en función de la especie, carece de pelos o escamas y está provista de glándulas con una multitud de funciones esenciales para proteger al animal, por ejemplo, controla su temperatura corporal, colabora en su respiración, pueden desprenden sustancias tóxicas para persuadir a su enemigo e incluso les ayuda a permanecer desapercibidos en su hábitat natural. Normalmente su color se adapta al medio, aunque existen especies de anfibios con pigmentación en la piel muy pronunciada (aposematismo) con la finalidad de mantener alejados a sus depredadores, pues como mantuvimos con anterioridad les advierte de sustancias nocivas.
Entre sus características principales destacan su piel fina y húmeda, lisa o rugosa en función de la especie, carece de pelos o escamas y está provista de glándulas con una multitud de funciones esenciales para proteger al animal, por ejemplo, controla su temperatura corporal, colabora en su respiración, pueden desprenden sustancias tóxicas para persuadir a su enemigo e incluso les ayuda a permanecer desapercibidos en su hábitat natural. Normalmente su color se adapta al medio, aunque existen especies de anfibios con pigmentación en la piel muy pronunciada (aposematismo) con la finalidad de mantener alejados a sus depredadores, pues como mantuvimos con anterioridad les advierte de sustancias nocivas.
Los ojos son
grandes y saltones, permitiendo al anfibio cazar con facilidad sus presas,
algunos ejemplares poseen una pupila vertical, que posibilita la visión
nocturna, aunque existen también ejemplares con pupila horizontal e incluso
redonda, en aquellos anfibios con costumbres diurnas. Los dedos de sus pies se
adaptan a los hábitos del anfibio, pueden ser palmeados, para capacitar un
mejor movimiento en el medio acuático, o con almohadillas, las cuales facilitan
al anfibio adherirse y trepar entre la vegetación, tanto las manos como los
pies son generalmente pentadáctilos, a excepción de las cecilias o ápodos que
carecen de extremides.
Otra característica
de los anfibios es lo concerniente al aparato circulatorio, poseen un
corazón tricameral; dos aurículas y un ventrículo. La circulación es cerrada,
doble e incompleta.
Al tratarse de
animales vertebrados presentan columna vertebral, la cual se ajusta con el
cráneo gracias a la presencia de los cóndilos. Son animales tetrápodos, es
decir, poseen extremidades y sus correspondientes articulaciones, aunque
ausente en las cecilias.
En lo referido
al sistema digestivo es otra característica de los anfibios que no debe pasar
desapercibida, los dientes son escasos y son de gran ayuda para sujetar a las
presas, la lengua está especializada para la captura de alimentos; el estómago
tiene forma tubular, presentan intestino grueso corto, dos riñones y vejiga
urinaria.
Clasificación
de los anfibios
– Orden:
Anura, anuros, ranas y sapos.
– Orden:
Caudata, caudados o urodelos, salamandras y tritones.
– Orden:
Gymnophiona, ápodos, célidos o cecilias.
ANURA: Los anuros
(Anura, del griego antiguo ἀ(ν-) a(n-) (negación) y οὐρά ourá 'cola') son un
grupo de anfibios, con rango taxonómico de orden, conocidos vulgarmente como
ranas y sapos. Los adultos se caracterizan por carecer de cola, por presentar
un cuerpo corto y muy ensanchado, y unas patas posteriores muy desarrolladas y
adaptadas para el salto. Los anuros son el grupo más numeroso de anfibios; se
estima que existen unas 6608 especies, repartidas en 54 familias.1 La mayoría
pasa su vida en el agua o en su proximidad. Su tamaño puede variar desde unos
escasos 8,5 milímetros, como es el caso de las especies del género Eleutherodactylus,2
hasta tallas que superan los 30 centímetros, destacando la rana goliat, el
anuro más grande del mundo.
CAUDATA: Los caudados
(Caudata), conocidos como salamandras y tritones, son un clado de anfibios
compuesto por 695 especies vivas12 que se distribuyen en los continentes del
hemisferio norte con la excepción de unas pocas especies en el norte de
Sudamérica. Un tercio de las salamandras conocidas habitan en Norteamérica. La
concentración más alta se da en la región de las montañas Apalaches. A
diferencia de los anuros (ranas), poseen una cola bien desarrollada y carecen
de oído medio. Los registros más antiguos de salamandras datan de mediados del
período Jurásico (Batoniano), siendo la especie Chunerpeton tianyiensis la
representante más antigua de las salamandras modernas (Urodela).3 Los últimos
estudios moleculares datan la divergencia con respecto a las ranas en el
período Pérmico.
GYMNOPHIONA:
Los gimnofiones o Gymnophiona son anfibios grandes sin patas, con forma
de lombriz, principalmente de regiones tropicales húmedas, exhibiendo un estilo
de vida fosorial al vivir bajo el suelo. Se encuentran en América, África, la
India, Indochina y algunas otras regiones que formaron parte de Gondwana
durante el Mesozoico.1 Los registros más antiguos de gimnofiones corresponden
al holotipo de Eocaecilia micropodia del Jurásico Inferior2 y a
Rubricacaecilia del Cretácico Inferior3 Hoy en día se conocen 204 especies
vivas de cecilias.
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