martes, 22 de enero de 2019




ANFIBIOS
Generalmente la superficie de la piel es desnuda, no tiene anexos. Solo un grupo, las cecilias, tienen placas en la superficie del cuerpo.
La piel es muy irrigada y presenta muchas glándulas que pueden ser venenosas o mucosas. Las primeras son para la defensa. Algunas ranas tienen venenos tan potentes que los indios en el amazonas untan las puntas de flecha para envenenar a sus presas. Muchos tienen colores vivos para advertir a los predadores de su peligrosidad. Las glándulas mucosas sirven para mantener la superficie de la piel húmeda para que los anfibios puedan respirar.
Los anfibios son animales vertebrados anamniotas poiquilotermos, caracterizados en la mayoría de los casos por sufrir metamorfosis, es decir, importantes cambios en su organismo; principalmente desarrollan dos tipos de fases, una larvaria en la que su respiración es branquial y otra pulmonar al llegar a la edad adulta. En su primer ciclo vital permanecen en el agua y al llegar a la edad adulta suelen llevar una vida semiterrestre. Si bien son los primeros animales que conquistaron la tierra, nunca se han independizado por completo del medio acuático.
Entre sus características principales destacan su piel fina y húmeda, lisa o rugosa en función de la especie, carece de pelos o escamas y está provista de glándulas con una multitud de funciones esenciales para proteger al animal, por ejemplo, controla su temperatura corporal, colabora en su respiración, pueden desprenden sustancias tóxicas para persuadir a su enemigo e incluso les ayuda a permanecer desapercibidos en su hábitat natural. Normalmente su color se adapta al medio, aunque existen especies de anfibios con pigmentación en la piel muy pronunciada (aposematismo) con la finalidad de mantener alejados a sus depredadores, pues como mantuvimos con anterioridad les advierte de sustancias nocivas.
Los ojos son grandes y saltones, permitiendo al anfibio cazar con facilidad sus presas, algunos ejemplares poseen una pupila vertical, que posibilita la visión nocturna, aunque existen también ejemplares con pupila horizontal e incluso redonda, en aquellos anfibios con costumbres diurnas. Los dedos de sus pies se adaptan a los hábitos del anfibio, pueden ser palmeados, para capacitar un mejor movimiento en el medio acuático, o con almohadillas, las cuales facilitan al anfibio adherirse y trepar entre la vegetación, tanto las manos como los pies son generalmente pentadáctilos, a excepción de las cecilias o ápodos que carecen de extremides.
Otra característica de los anfibios es lo concerniente al aparato circulatorio, poseen un corazón tricameral; dos aurículas y un ventrículo. La circulación es cerrada, doble e incompleta.
Al tratarse de animales vertebrados presentan columna vertebral, la cual se ajusta con el cráneo gracias a la presencia de los cóndilos. Son animales tetrápodos, es decir, poseen extremidades y sus correspondientes articulaciones, aunque ausente en las cecilias.
En lo referido al sistema digestivo es otra característica de los anfibios que no debe pasar desapercibida, los dientes son escasos y son de gran ayuda para sujetar a las presas, la lengua está especializada para la captura de alimentos; el estómago tiene forma tubular, presentan intestino grueso corto, dos riñones y vejiga urinaria.
Clasificación de los anfibios
– Orden: Anura, anuros, ranas y sapos.
– Orden: Caudata, caudados o urodelos, salamandras y tritones.
– Orden: Gymnophiona, ápodos, célidos o cecilias.
ANURA: Los anuros (Anura, del griego antiguo ἀ(ν-) a(n-) (negación) y οὐρά ourá 'cola') son un grupo de anfibios, con rango taxonómico de orden, conocidos vulgarmente como ranas y sapos. Los adultos se caracterizan por carecer de cola, por presentar un cuerpo corto y muy ensanchado, y unas patas posteriores muy desarrolladas y adaptadas para el salto. Los anuros son el grupo más numeroso de anfibios; se estima que existen unas 6608 especies, repartidas en 54 familias.1​ La mayoría pasa su vida en el agua o en su proximidad. Su tamaño puede variar desde unos escasos 8,5 milímetros, como es el caso de las especies del género Eleutherodactylus,2​ hasta tallas que superan los 30 centímetros, destacando la rana goliat, el anuro más grande del mundo.
CAUDATA: Los caudados (Caudata), conocidos como salamandras y tritones, son un clado de anfibios compuesto por 695 especies vivas1​2​ que se distribuyen en los continentes del hemisferio norte con la excepción de unas pocas especies en el norte de Sudamérica. Un tercio de las salamandras conocidas habitan en Norteamérica. La concentración más alta se da en la región de las montañas Apalaches. A diferencia de los anuros (ranas), poseen una cola bien desarrollada y carecen de oído medio. Los registros más antiguos de salamandras datan de mediados del período Jurásico (Batoniano), siendo la especie Chunerpeton tianyiensis la representante más antigua de las salamandras modernas (Urodela).3​ Los últimos estudios moleculares datan la divergencia con respecto a las ranas en el período Pérmico.
GYMNOPHIONA: Los gimnofiones o Gymnophiona son anfibios grandes sin patas, con forma de lombriz, principalmente de regiones tropicales húmedas, exhibiendo un estilo de vida fosorial al vivir bajo el suelo. Se encuentran en América, África, la India, Indochina y algunas otras regiones que formaron parte de Gondwana durante el Mesozoico.1​ Los registros más antiguos de gimnofiones corresponden al holotipo de Eocaecilia micropodia del Jurásico Inferior2​ y a Rubricacaecilia del Cretácico Inferior3​ Hoy en día se conocen 204 especies vivas de cecilias.

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